Sábado 4ª durante el año-B

Mc 6, 30-34
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: "Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco". Porque eran tantos ¡os que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces, de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y tuvo compasión de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
1.  Lo que más impresiona, en este breve relato de transición, es sorprendente la atracción que ejercía Jesús sobre las gentes de Galilea. Los habitantes de aquellas aldeas eran pobres, ignorantes y poco religiosos. Se ha hecho famosa la expresión deYojanán benZakkai, desesperado por el poco éxito de su misión en Galilea: "Galilea, Galilea, tú odias la Ley y el Sábado". Por lo tanto, si la gente acudía en masa a Jesús, no era porque en él encontraban un maestro de la Ley o un maestro de ceremonias. Lo que aquellas gentes buscaban en Jesús no era religión. ¿Por qué lo buscan con tanto inte­rés?
2.  Aquellas gentes acudían a Jesús porque en él encontraban respuesta a sus carencias y aspiraciones más hondas y más profundamente humanas: la salud, la comida y sobre todo la acogida y la necesidad de que alguien nos comprenda, nos respete, nos quiera, tal como somos y tal como vivimos. En definitiva, no buscaban "religión". Buscaban "huma­nidad". La religión se podía encontrar en el templo o en la sinagoga. La bondad (que tanto necesitaban) la encontraban en Jesús.

3.  La humanidad de Jesús es única: cuando no tiene ni tiempo para comer, ni para descansar; y cuando la gente acude de nuevo en masa, la reacción de Jesús fue, al ver a aquellas pobres gentes, que "se le conmovieron las entrañas". Eso es lo que literalmente dice el relato. El texto original no dice que "le dio lástima". Marcos utiliza un verbo que se deriva del sustantivo griego "splágjna", que indica las "visceras"("entrañas"). Eso fue lo que le conmovió a Jesús. Jesús nunca le de­cía a la gente que se fuera al Templo o a la sinagoga, ni que se pusieran a rezar salmos o a estudiar la Palabra de Dios. Jesús acoge, comprende, acepta... a todos, sean como sean y vivan como vivan. Su humanidad inexplicable es el en­cuentro con Dios.

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